Creo firmemente que invertir no es más que arriesgar un capital durante un tiempo con la esperanza puesta en que dicho capital aumente. Y en ese orden, primero es un riesgo, después una esperanza y puede que finalmente, acabe siendo un aumento del capital. Que sea así depende en gran medida de nosotros.
Desde luego que la inversión sea exitosa, depende de factores como el timing que elijamos, el subyacente, el producto a través del que entramos en el mercado, la cantidad que invirtamos con respecto a la totalidad de la cartera, etc…, pero sobretodo de nosotros. Y precisamente nosotros, somos el mayor peligro que existe en el mercado
Ese enemigo a batir, el mercado, no es más que la suma de los inversores, agentes económicos que, según el peso que tengan (minoritarios, institucionales…), influyen más o menos en el global con sus actuaciones y movimientos. Normalmente, cualquiera de ellos, antes de invertir busca o debería buscar, fuentes de información, ya sea de tipo fundamental, prensa, o análisis técnico.
Una de las fuentes de información que existen y que cada vez son más utilizados, es el análisis técnico. Debemos partir de la base que el análisis técnico no es una ciencia exacta y mucho menos, una bola de cristal. Realmente y partiendo de las bases de Dow, lo que intenta el análisis técnico es extrapolar del pasado, el comportamiento más probable que un activo tendrá en un futuro.
La expresión “el mercado tiene memoria” se cumple a rajatabla y se dice porque la evolución del mercado, tiene un carácter muy psicológico. Son las mismas pautas las que utilizan los inversores para invertir y un soporte testado que aguantó hace tiempo, se verá mañana como soporte clave. Esos agentes que están en el mercado, son los que tiene memoria. Por eso, el papel del analista es entender porqué pasan las cosas, cuál es el comportamiento de los inversores y, consecuentemente, el movimiento de las acciones. Teniendo en cuenta eso, su papel es explicar que la situación más probable, será esta o aquella y las razones. De ahí a que se cumpla en la mayoría de las ocasiones, insisto en que no existen las bolas de cristal.
Cualquier inversor puede utilizar esta información. Sin embargo, los traders la necesitan como el aire para vivir. Un trader que viva de información de la prensa es como el que vende el coche para comprar gasolina. Esa es la primera diferencia que existe entre cualquier inversor y el trader, el uso del análisis técnico se hace más que necesario para encontrar oportunidades rentables.
Sin embargo, la diferencia principal radica en la disciplina y control mental que debe tener un trader si quiere vivir de ello, para englobarlo lo podríamos llamar psicología. Partimos de la base que el trader tiene un sistema, utilizando unos indicadores, con una serie de activos objetivo sobre los que se trabaja y con una operativa clara, concisa y que no debe modificar bajo ningún concepto por temas psicológicos (miedo, avaricia, duda, etc…).
Hay dos tipos de psicología a tener en cuenta, que, como el colesterol, son “del bueno y del malo”
• El primero de ellos se refiere a la psicología que flota en el mercado, el conocimiento de todos los inversores, las razones por las que se mueve el mercado en puntos críticos como, soportes clave, techos históricos, mínimos/máximos relativos, números redondos,… que no es más que la memoria sobre la que nos apoyamos para operar. Es la base del análisis.
• El otro se refiere al control que tiene que tener el trader para no hacer caso a las emociones, al miedo, a la avaricia, a la duda… Ser capaz de aguantar las pérdidas cuando vengan, ejecutar un stop-loss, para conseguir el único objetivo, regularizar el beneficio.
Una vez que el trader tiene un sistema para invertir, debe aplicarlo sí o sí y no cambiar la operativa (salvo, evidentemente, para incluir mejoras). Y no nos equivoquemos, el objetivo no es ganar lo máximo posible sino ganar de la manera más regular posible. La diferencia entre ambas ideas, es la gestión del riesgo, clave a la hora de formar un sistema de especulación.
La máxima de cualquier inversor es preservar el capital. Si, por ejemplo, el sistema no da una media de X€ de beneficio al día, no podemos permitir que un día nos dé una pérdida de 5X€. Eso es riesgo y la manera de gestionarlo es la respuesta para saber si un trader es bueno o no.
Así pues, con el análisis como herramienta y la prudencia en la gestión de riesgos como bandera, debemos intentar encontrar las oportunidades que nos da el mercado. Con eso, y muchísima humildad porque no olvidemos que todos queremos lo mismo, primero preservar el capital y después aumentarlo. Y en Bolsa, la única manera que un inversor tiene de aumentar el capital es si otro lo pierde. Así que, si tiene todo esto y buena memoria, buen trading!
Affonso Morte