¿Alguna vez has pecado de emprendedor soñador, solitario o iluso? Estas son algunas de las actitudes que llevan a cometer los errores más comunes en los que nunca debes caer al iniciar un plan de negocio o para lograr el apoyo de tu financiador.
Elaborar un plan de negocio es fundamental para conseguir financiación, pero es posible que en algún momento de tu vida profesional, si necesitas realizar una restructuración u obtener una inyección de capital, tengas que volver a evaluarlo. Con el paso del tiempo el plan de negocio puede haber quedado obsoleto y, por tanto, habría que reelaborarlo, pero ¿cómo se evita volver a caer en los mismos errores del pasado?
Si tu objetivo es convencer a la fuente de financiación para que avale tu proyecto empresarial, Vaughan Evans, autor de Guía Financial Times para escribir el Plan de negocio (Editorial Pearson) analiza las desaconsejables actitudes en las que jamás debería quedar encasillado un emprendedor.
El soñador
Plantea unas previsiones de ventas que no se corresponden con lo que se demanda ni con la posición de su empresa en el mercado.
El solitario
Su lema es: la competencia no importa. Sólo focaliza el mercado y el papel de su empresa en este, pero no tiene en cuenta a su competencia la considera irrelevante.
El mago
Elabora previsiones de ventas razonables teniendo en cuenta la demanda del mercado y la posición competitiva de la empresa. Cree que puede hacer que aumenten las ventas sin asignar recursos ni asumir los costes.
El macho
No importa si los beneficios quedaron cortos el año pasado, ya que gracias a su gestión se solucionarán todos los problemas y la empresa crecerá exponencialmente. Está convencido de que puede motivar al departamento de ventas o conseguir un rendimiento más eficiente del personal de producción.
El iluso
Realiza una evaluación exhaustiva de las oportunidades que ofrece el mercado y tiene en cuenta a sus competidores, pero prevé unos márgenes de crecimiento que no se corresponden con la realidad.