Os dejo un interesante personaje del mundo bursátil, Jesse Livermore, considerado el mejor operador de bolsa del siglo XX, acabo de leer uno de sus libros donde explica todos los movimientos que realizó y como llego a tener partiendo desde cero un patrimonio cercano a los 100 millones de dolares que no son pocos teniendo en cuenta que estamos hablando sobre principios del siglo XX, 1.900, el libro es bastante interesante y me ha servido para darme cuenta de que desde que hay conocimiento de los mercados, estos actúan exactamente igual que ahora y se mueven con total relación, nunca ha cambiado el mundo de la especulación y seguramente nunca cambiará.
Pese a ser considerado uno de los mayores especuladores del siglo pasado, su historia llena de emociones fuertes entorno al mundo de la bolsa me llama la atención la sangre fría con la que se comporta el mercado respecto a los que invertimos en el, Jesse Livermore posiblemente consiguiera los mayores porcentajes de beneficios que jamás han habido en la especulación bursátil, pese a ello tubo muchos crack y llego a arruinarse muchas veces, acabo en la sala de estar de un hotel pegandose un tiro en la cabeza, dejando una carta a su mujer en la que decía que había sido un fracaso y una herencia de menos de 10.000$. Os dejo la bibliografía y nombre del libro que podéis encontrar fácilmente en pdf por el google:
El libro lo encontre en español en las primeras posiciones de google poniendo en el buscador, “Recuerdos de un operador de acciones en pdf”, es el nombre del libro, a continuación os dejo su bibliografía.
Jesse Lauriston Livermore fue uno de los traders más conocidos del siglo XX. Pocos pudieron acumular o perder dinero tan rápido como Livermore.
Conocido como “The boy plunger” por la manera en que Jesse tomaba posiciones fuertes en acciones o mercancías (Commodities). Livermore vivía como operaba, de forma fastuosa. Además fue muy popular entre los miembros del sexo opuesto debido a su buen aspecto físico y su boyante estilo de vida.
Livermore nació en South Acton, Massachusetts en 1877. Hijo de un granjero, dejo la escuela en sus primeros años de juventud y viajó a Boston donde se convirtió en “Board Boy” (Pizarrero, para entendernos) trabajando para Paine Webber. Su trabajo consistía en actualizar los precios de los bonos, acciones y mercancías en una pizarra. Como Livermore escribía todos los cambios en los precios se dio cuenta de que los mismos, a menudo se movían de manera predecible. Pronto concluyó que se podía batir al mercado y se podía hacer gran cantidad de dinero.
Por aquel entonces, Livermore no ganó el suficiente dinero para operar en acciones, así que empleó la hora del almuerzo en los “Bucket Shops”, que no eran más que casas de apuestas, entre otras cosas, sobre el precio de las acciones. Allí trató de hacer dinero prediciendo la dirección de los precios de acciones y de las mercancías o commodities. A los 15 años había hecho más de 1.000 dólares, cantidad más que considerable en aquella época. Tras ignorar el aviso de su patrón Paine Webber, de mantenerse al margen de estos establecimientos, Livermore fue despedido.
“…el terremoto de San Francisco desplomó el valor, dejando la cuenta de Livermore con 250.000 dólares de beneficio. Con esto aprendió a no fiarse de los consejos ajenos.”
El “Boy plunger”era ahora un trader a tiempo completo. Tal fue su éxito que le fue prohibida la entrada en los “Buckets Shops” de Boston, por lo que se fue a las costas del Medio Este y Oeste, donde hizo 50.000 dólares, aunque pronto tuvo que recurrir a disfraces y a usar nombres falsos para evitar las prohibiciones de entrada. A los 20 años, se marchó a Nueva York, donde Jesse comenzó su carrera como uno de los más grandes operadores de todos los tiempos. En 1906 recibió un consejo para ponerse corto en la compañía “Union Pacific” y lo hizo de manera abrumadora. El valor empezó a subir con lo que nuestro protagonista se encontraba en un serio apuro, pero el terremoto de San Francisco desplomó el valor, dejando la cuenta de Livermore con 250.000 dólares de beneficio. Con esto aprendió a no fiarse de los consejos ajenos.
En 1907, se ganó la reputación como ‘Bear Raider’, operando siempre del lado bajista a gran escala. Se dice incluso, que el todopoderoso J. P. Morgan, le mandó mensajes a través de intermediarios para pedirle que redujera el volumen de su operativa. William Delbert Gann, en su libro “45 años en Wall Street “ , describe a Livermore como “uno de los más espectaculares traders de su época”. Gann afirmaba que Livermore era un hombre honorable que “pensaba en pagar sus deudas incluso después de ser declarado en quiebra por las autoridades”.
De hecho, Livermore y otros muchos traders e inversores, incluyendo al propio Gann, en cierta La principal crítica de Gann sobre Livermore era que éste sólo había estudiado para saber como hacer dinero, pero no para mantenerlo. En palabras de Gann “el tenía la codicia y la energía necesarias para el éxito, pero cuando tenia una cantidad de dinero considerable, no operaba de forma conservadora. Jesse probaba su propia operativa en el mercado en vez de esperar a que apareciese la tendencia natural que el mercado nos muestra en numerosas ocasiones”.
Su éxito le proporcionó un estilo de vida que muchos sólo podrían soñar. El delgado y rubio especulador se compró un yate de 200 pies, de nombre Anita y salió con mujeres famosas, incluyendo actrices como Lillian Russell. Sus hazañas operando pronto llegaron a ser bien conocidas por todo el mundo, incluso la gente comentaba “eres tan rico como Jesse Livermore”.
Durante la primera guerra mundial, Livermore pronosticó que el café experimentaría una sustancial subida, lo que le llevo a tomar posiciones largas. Sus beneficios se contaban por millones de dólares, sin embargo los contratos de café se invalidaron, debido a que el gobierno creyó que Livermore se estaba beneficiando de los tiempos de guerra. Esto, arruinó a Livermore por tercera vez.
Livermore siempre fue un trader muy agresivo, amasó y posteriormente perdió, cuatro millones de dólares de su fortuna. La mayor parte del dinero fue hecho con prácticas que posteriormente se declararon ilegales por la comisión del mercado de valores americana (SEC), en el año 1930. La nueva regulación también limitaba actividades tales como:
Usar información privilegiada
Ocultar las posiciones de mercado.
Arrinconar acciones para estrangular la oferta y la demanda.
Controlar la información incorrecta y engañosa para que no fuera publicada.
También llegó a ser muy conocido por su táctica de esperar hasta que la acción alcanzase el objetivo establecido donde se aseguraba unos beneficios considerables y luego la confiaba a un periodista del “New York Times”, o de otros periódicos influyentes, para recomendarla como una excelente compra. Después Livermore se deshacía de su posición de forma masiva, vendiendo en el frenesí comprador que había provocado el artículo del periodista.
En pleno apogeo, se hizo con enormes posesiones inmobiliarias en varios países, así como coches de la marca Rolls Royce, yates y se hizo famoso por sus generosas fiestas.
También tenía unas oficinas secretas en la Quinta Avenida, era allí donde Livermore hacía sus operaciones de gran escala, con numerosas líneas de teléfono y una línea directa de telegramas. La oficina tenía una enorme pizarra donde sus oficinistas la actualizaban constantemente, además también disponía de personal dedicado a la investigación. El único propósito de dicha oficina era el de facilitar la operativa y las actividades de inversión de Jesse.
En 1933, Livermore padeció la gran depresión de la época y después de hincharse a beber durante 26 horas, terminó en una comisaría de policía, preguntando por su propio nombre, ya que había perdido la memoria.
Al verse incapacitado para hacer dinero como lo había hecho anteriormente, decidió vender sus secretos en forma de libro, “Como operar en acciones” que fue publicado en 1940 en dos versiones, una encuadernada en cuero y la otra en formato más sencillo, pero el libro no logró su objetivo de atraer al público.
“William Delbert Gann, en su libro “45 años en Wall Street “ , describe a Livermore como “uno de los más espectaculares traders de su época”
Más tarde ese mismo año, Jesse Livermore tras tomarse dos copas en el hotel “Sherry Netherland” en Manhatan, escribió una carta de ocho páginas a su tercera esposa diciéndole: “Mi vida ha sido un fracaso”.
El hombre que afectivamente fue conocido como “The boy plunger”, el ‘Gran Oso’ o el ‘Rey del algodón’, se dirigió al guardarropa del hotel, se sentó en una silla y se disparo un tiro en la cabeza. Así terminó la vida del que fue considerado el mejor trader de todos los tiempos, el hombre que hizo millones de dólares, dejando una herencia de menos de 10.000 dólares.
El New York Times en su editorial, escribió un epitáfio de Jesse Livermore que decía: “..Qué cosas buenas hizo, qué daño causó, qué significaba la vida para él y para otros – todas estas cuestiones son para hacer una novela…
Se dejaba llevar por su pasión… Vivió en una época en que la especulación que llevaba a cabo venía a ser como la de aquellos chicos que arañan hasta el último penique. .. No dejo nubes de gloria detrás suyo y tampoco dejo nada de miseria humana de la tanta que había creado anteriormente…El mercado en el que operaba ya no es el mismo de antes. Su muerte ha marcado el final de una era…”
El legado de Livermore
Jesse Livermore murió hace más de 60 años, dejando dos magníficos libros:
I.”How to Trade in Stocks” (Como operar en acciones)
El libro “Como operar en acciones” fue editado en 1940, el año en que Livermore murió. Se cree que escribió el libro como medida desesperada para ganar dinero.
Frases Famosas:
“…El juego de la especulación es el mas fascinante y poco rutinario del mundo. Pero no es un juego para estúpidos ni para perezosos mentales tampoco para hombres con un balance emocional poco equilibrado y menos para aventurarse a hacerse rico en poco tiempo. Así te morirás pobre.”
¿Acaso existe alguna manera para ganar rápidamente mucho dinero trabajando como Abogado o Cirujano?
“El juego de la especulación es el mas fascinante y poco rutinario del mundo.Pero no es un juego para estúpidos ni para perezosos mentales … y menos para aventurarse a hacerse rico en poco tiempo. ”
“La experiencia me ha demostrado que el verdadero dinero dentro del mundo de la especulación se hace dejando correr los beneficios desde el comienzo de la operación.”
“Los beneficios debemos de conservarlos, pero las perdidas debemos de evitarlas y cortarlas de raíz desde el comienzo.”
“Si mi valor no se comporta de la forma que había pronosticado, rápidamente cierro la operación, ya que pienso que todavía no ha llegado el momento de tomar posiciones”
“Los especuladores de los mercados de acciones han perdido siempre dinero. Pero creo que la afirmación anterior se puede constatar con mayor seguridad que aquella que hace referencia al dinero perdido por los inversores que dejaron la posición abierta pensando que al final obtendrían beneficios”
“Desde mi punto de vista, los inversores son unos jugadores de apuestas. Realizan su apuesta, esperan , y si todo va mal pierden todo su dinero.”
“Las estructuras de los precios son recuerdos de figuras similares de precios pasados, que debes llegar a familiarizarte con ellas para poder predecir los precios futuros”.
“Cuidado con la información privilegiada … o, mejor dicho, ten cuidado con toda información privilegiada.”
“Por la única explicación por la que un especulador o inversor pediría razonamientos desde un principio sería sobre el funcionamiento del mercado . Cada vez que el mercado no se comporte de la forma que esperabas – esa es razón suficiente para cambiar de opinión y cerrar tu operación rápidamente… Recuerda, siempre hay una explicación por la que una acción actúa de una determinada forma. Pero también recuerda que corres el peligro de no llegar a familiarizarte con esas razones que mueven el mercado, o familiarizarte con ellas cuando sea ya demasiado tarde.”
II.“Reminiscences of a Stock Operator” (Recuerdos de un operador de acciones)
“Desde mi punto de vista, los inversores son unos jugadores de apuestas. Realizan su apuesta, esperan , y si todo va mal pierden todo su dinero.”
“De hecho yo siempre hago dinero cuando realmente estoy seguro de que la acción se va mover de una determinada forma. Lo que realmente me ha jugado malas pasadas ha sido el no hacer caso de mis conocimientos bursátiles y jugar con mis emociones. Por lo tanto sólo opero cuando estoy seguro de que los precededentes van a jugar a mi favor.”
“..pasado un tiempo, oi a muchos miserables lamentándose, y a las antiguas estrellas del mercado dicendo que todos –excepto ellos mismos- se habían vuelto locos.”
“…y lo único que puede hacer alguien que esté equivocado es estar en lo cierto dejando de estar equivocado.”
“Pero en la práctica, un hombre equivocado tiene que guardarse mucho de muchas cosas, pero sobre todo de sí mismo”
Jack D. Schwager, autor de “Los genios del mercado” y “Los nuevos genios del mercado”, dice del libro: “En mis entrevistas con los 30 traders más famosos de nuestros tiempos, había algunas cuestiones que les planteaba en cada conversación. Algunas de estas cuestiones era por ejemplo, si ellos habían encontrado algún libro valioso que nos recomendasen para llegar a ser buenos traders y por supuesto la repuesta mas frecuente fue “Recuerdos de un operador de acciones”.