Los CFDs (contract for difference) son un producto financiero que es sustitutivo de los contratos de Futuros y que está teniendo una muy buena aceptación en el Reino Unido. A diferencia de los Futuros, los CFDs no tienen fecha de vencimiento, por lo que puedes mantener la apuesta el tiempo que consideres necesario o el tiempo que el mercado te lo permita, ya que en caso de caídas de valor del activo subyacente deberás ir aportando garantías y ya sabemos la máxima de que el mercado tiene la capacidad de permanecer irracional más tiempo del que tu puedas mantenerte solvente. Los CFDs permiten un alto grado de apalancamiento (por regla general Interndin solicitará que aportes el 4% del capital para las operaciones intradía y el 10% si quieres mantener la apuesta más tiempo. Sin embargo volver a recordar que este producto no es menos peligroso que los futuros y que lo que puede ser una buena herramienta para cubrir riesgos (permitiéndonos ponernos cortos) puede ser una auténtica arma de destrucción masiva para el capital si no la gestionamos con cuidado y mucha atención. Sin duda es una herramienta más para el trader a corto plazo que puede estar pendiente al 100% de la operativa que para el inversor medio.
Para ilustrar un poco el tema he hecho un pequeño simulacro de lo que podríamos ganar y sobretodo perder utilizando CFDs para comprar acciones de Telefónica si estás suben un 10% a un año o bajan un 10%.
A pesar de que parece que el poder mantener nuestra posición el tiempo que queramos podría hacernos pensar que los CFDs tienen un riesgo menor que los Futuros, como podemos apreciar en el ejemplo lo que marca el riesgo es el grado de apalancamiento. En el ejemplo puesto una caída del 10% en la acción de Telefónica provocaría que perdiéramos los 16 mil euros que hemos invertido y 10 mil euros adicionales que deberíamos aportar como garantía si no queremos ver como nos liquidan la posición.