Habitualmente oímos hablar de la TAE en relación al coste de los préstamos, pero es un indicador que también se puede utilizar para medir la rentabilidad de una inversión (por ejemplo de los depósitos bancarios).
Tal y como informa el Banco de España, las entidades están obligadas a informar sobre la TAE de las operaciones en la publicidad, en los contratos que formalicen, en las ofertas vinculantes que realicen y en los documentos de liquidación, tanto en los préstamos como en los productos de ahorro.
¿Qué es la TAE y cómo se calcula?
La Tasa Anual Equivalente (TAE) expresa en tanto por ciento anual el coste o el rendimiento de un producto financiero. Incluye, además del interés, algunos gastos y comisiones bancarias, con lo cual nos permite una comparación más precisa.
# Ventajas de la TAE
Expresa la tasa en términos anuales, lo cual sirve para ayudar al cliente a comparar las diferentes ofertas existentes en el mercado, es decir, para comparar productos con un plazo temporal o con una periodicidad de pago diferente.
Incluye los costes que pueda haber por la apertura del producto y las comisiones por cancelación o amortización anticipada.
Vamos a verlo con tres ejemplos:
1) Depósito de 10.000 euros a un año, con un 3% de interés nominal, pago anual de intereses y sin gastos. Percibiríamos 300 euros en un solo pago, y su TAE sería del 3%, igual al interés nominal.
2) Depósito de 10.000 euros a un año, con un 3% de interés anual y pago mensual de intereses. Percibiríamos 25 euros al mes (300 en total), y su TAE sería del 3,04%.
¿Por qué es ligeramente superior a la del primer caso? Porque, aunque percibimos en total el mismo importe, lo hacemos antes: en lugar de esperar a recibir el dinero al final lo vamos obteniendo a lo largo de esos 12 meses (y ese dinero puede, a su vez, ser reinvertido para obtener un rendimiento).
3) Depósito de 10.000 euros a un año, con un 3% de interés nominal, pago anual de intereses, y con una comisión de apertura del 0,5% (50 euros). En total obtenemos 250 euros, y su TAE sería del 2,48% (baja algo más de medio punto porque esa comisión se cobra al principio).
# Inconvenientes de la TAE
Aunque puede resultarnos útil en muchas ocasiones, hay algunos conceptos que quedan fuera de su cálculo, con lo cual deberemos tenerlos en cuenta a la hora de hacer nuestras cuentas. Por ejemplo, no incluye gastos que podamos tener por transferir los fondos, gastos notariales, impuestos, u otros gastos que puedan estar asociados (en ocasiones, además del producto se contratan otros, como tarjetas, seguros, etcétera).
En el caso de las cuentas a la vista conviene destacar que la TAE no incluye las comisiones de administración, que pueden suponer una diferencia relevante. Además, según establece la normativa, las entidades pueden tomar como TAE el propio tipo de interés nominal en las cuentas corrientes y de ahorro que den un interés inferior al 2,5%. En estos casos, tenemos que fijarnos muy bien en las comisiones y gastos que puedan tener antes de decidirnos por una u otra alternativa.
Fuente: Self Bank