Cuando una empresa paga un dividendo se produce una salida de dinero que va parar a los accionistas que lo reciben. Por lo tanto, hay un día (denominado ex-dividendo, que suele coincidir con la fecha de pago) en el que cae la cotización de la acción para reflejar esta situación, ya que la empresa valdrá menos si se ha producido un desembolso de dinero que deja de estar en su caja. Si te paras a pensarlo, tiene bastante lógica.
Para reflejar esa salida de dinero de la caja de la empresa, ese día el precio de las acciones cae por un importe que coincide con el dividendo que se han comprometido a repartir por cada acción.
Para el accionista no hay una variación de su patrimonio. La caída del precio de sus acciones queda compensada con la entrada en su cuenta bancaria del dinero en efectivo correspondiente al dividendo.
Veámoslo con un ejemplo, que siempre ayuda a comprenderlo mejor:
Mou SA es una empresa que cotiza en bolsa y que tiene emitidas un millón de acciones. En ese momento, sus acciones cotizan a 10 € cada una.
Pep es un accionista que tiene 100 acciones de Mou SA.
Día 1: Mou SA anuncia que va a repartir un dividendo de 1€ por acción y detalla el calendario:
- Record date: Día 2. Es decir, tendrán derecho a recibir ese dividendo los que tengan acciones de la empresa al cierre de la sesión de ese día.
- Fecha ex-dividendo y Fecha de pago: Día 3
En el Día 2, esta es la situación:
En el Día 3, Mou SA paga el dividendo y sus acciones reflejan esa salida de efectivo de la empresa:
Para que el gráfico de las cotizaciones no se vea tergiversado por el reparto de dividendo, normalmente las webs de bolsa suelen ajustarlo para que no muestre una caída repentina de las acciones. El precio de las acciones sí que baja, pero hay que tener en cuenta que lo ha hecho simplemente por el pago de un dividendo que finalmente ha ido a parar a los accionistas.
Este tipo de ajustes en la gráfica de la cotización de una empresa también se produce cuando hay un split o un contrasplit.
Fuente: Self Bank