Aunque nos gustaría que existiese un modo único de definir las cosas, al hablar de Finanzas hemos de reconocer que hay varias formas de clasificar los tipos de inversiones disponibles. Lo bueno es que todas ellas tienen su utilidad y nos pueden ayudar a configurar nuestra visión global de los diferentes mercados financieros.
¿Cómo clasificar las Inversiones Financieras?
Pese a que cada uno de nosotros tiene su propio estilo a la hora de catalogar las inversiones financieras, en realidad eso no significa que no existan otras formas alternativas de clasificación. Si nos damos un paseo por la blogosfera, veremos que en algunos sitios se dividen en función del plazo de inversión, en otros en función de la herramienta utilizada e incluso en algunos otros según los activos empleados. Por tanto, podemos preguntarnos: ¿Cuáles son los diferentes modos en los que podemos organizar las inversiones financieras?
Según he ido viendo a lo largo de los años, las formas de clasificar las inversiones financieras se hacen, principalmente, en función de las siguientes variables:
1º) Tipo de Plazo: Una primera posible división de los tipos de inversiones podría realizarse en función del tiempo que tengamos pensado mantener el activo en nuestra cartera. De este modo, podríamos hablar de inversión a largo plazo, inversión a medio plazo o inversión a corto plazo.
2º) Tipo de Herramienta: Igualmente, los tipos se pueden dividir en inversión en Acciones, en Futuros, en Opciones, en Warrants, en Turbos, en Inlines, en Multis, en Certificados, en CFD, en Forex, en Seguros, en ETF, en Fondos y en Planes de Pensiones.
3º) Tipo de Activo: La subdivisión podría ser interminable pero, en líneas generales, podremos hablar de activos de Bolsa, Indices, Inmobiliarios, Divisas, Metales, Materias Primas, Energía, Bonos, Letras, Monetarios y Alternativos.
4º) Tipo de Operativa: Según la forma en la que ejecutemos las operaciones, la división podría establecerse en Sistemáticas, Discrecionales, Automáticas, Copy Trading y Mirror Trading.
5º) Tipo de Perfil: En función del riesgo asociado se podrá hablar de inversiones Conservadoras, Moderadas, Agresivas o Mixtas.
6º) Escenario de Mercado: Del mismo modo, en función del escenario del mercado, podemos dividir a las inversiones en Alcistas, Bajistas o Laterales. De hecho, existen herramientas específicas para cada uno de estos tipos (por ejemplo, los Inline sólo deberían emplearse en escenarios laterales).
7º) Región Geográfica: Según la región geográfica, en un primer nivel podremos hablar de inversiones Desarrolladas, Emergentes o en Mercados Frontera. Obviamente, cada una de estas tres grandes regiones se dividirá, a su vez, en subregiones más pequeñas.
8º) Sector de Actividad: En función del sector de actividad, tendríamos que hablar de inversiones en Petróleo, Enegía, Materiales Básicos, Industria, Construcción, Bienes de Consumo, Servicios de Consumo, Servicios Financieros, Servicios Inmobiliarios, Tecnología y Comunicaciones. Tal y como podéis imaginar, cada uno de estos sectores se compone, a su vez, de varios subsectores.
9º) Regulada o Alternativa: Según estén reguladas y respaldadas por algún organismo oficial (como el FOGAIN) o no, podemos hablar de inversiones estándar o de inversiones alternativas. Un ejemplo de inversión regulada son los Fondos de Inversión y un ejemplo de inversión no regulada son los planes de inversión de la empresa Bosques Naturales.
10º) Tamaño de la empresa: Según el tamaño de la empresa en la que invirtamos, podemos hablar de Blue Chips, Medium Caps, Small Caps, Mini Caps y Micro Caps.
Probablemente existan formas adicionales de catalogar a las inversiones, pero creo que el listado anterior cumplirá la función de poner de manifiesto los tipos principales de clasificación. De todos modos, si se os ocurre algún tipo adicional que os parezca importante, no dudéis en comentármelo, ¿de acuerdo?
Una vez visto el anterior elenco de clasificaciones de inversiones, el próximo día (en la segunda parte del post) trataremos de ver cómo podemos beneficiarnos de este conocimiento y cómo podemos seleccionar el estilo de clasificación que mejor se adapte a nuestro perfil de inversor.
Pues nada, como siempre ocurre en estos casos, no nos queda más que invitaros a la última parte del artículo. Espero que entre los dos post os quede una visión bastante completa de las distintas formas en las que se pueden clasificar las inversiones financieras.
Una vez puesta de manifiesto la anterior lista, la siguente cuestión que se nos planteaba era la de elegir la clasificación que mejor se adaptara a nuestro perfil de inversor.
¿Qué estilo de clasificación me recomiendas?
Obviamente, según nuestra forma de ver las cosas, habrá algunos de los puntos anteriores que nos parezcan irrelevantes y, en cambio, consideraremos que un determinado apartado es el verdadero. Esto es, un inversor puede llevar toda la vida estructurando su cartera de inversión según la Región Geográfica y, al mismo tiempo, considerar que no tiene importancia la división en Sectores de Actividad.
Esta es la parte buena de los mercados financieros. Aunque existen casi infinitas formas de ver las cosas, nosotros podemos elegir simplemente aquella que nos parezca más relevante y que mejor se adapte a nuestra psicología. Y, una vez hecho eso, nada nos impedirá que nuestra estrategia de inversión sea tan rentable como la de otra persona que haya elegido otro estilo de inversión completamente diferente.
Por tanto, mi recomendación es que seleccionéis aquella forma de clasificación que os parezca más natural y que os provoque menos estrés. Ninguna de ellas es mejor que otra. Simplemente, elegid la vuestra y, eso sí, estructurad vuestras cuentas de inversión para que respondan a esa organización. Si no lo hacéis así, lo más probable es que lleguéis a sentiros un poco confundidos.
A ver si lo que acabo de decir queda claro con un ejemplo. Imaginaos que llego a la conclusión de que lo correcto es clasificar a las inversiones según la Región Geográfica y según el Tamaño de la empresa. Entonces, según lo comentado anteriormente, lo normal sería que tuviese las siguientes cuentas:
– Una para operar con Blue Chips de los Mercados Desarrollados.
– Otra para operar con los Medium Caps de los Mercados Desarrollados.
– Otra para trabajar con Small Caps de los Mercados Emergentes.
– Etc…
Aunque no sigamos la teoría a rajatabla, en líneas generales esa debería ser la estructura de nuestra Cartera de Inversión.
Como vemos, en los mercados financieros nunca hay una verdad absoluta. Cuidado con los gurús: si alguien os dice que su estrategia de inversión es la única manera de ser rentables en trading, ya podéis comenzar a dudar de él. Lo más probable es que os esté mintiendo e incluso es posible que su fuente de ingresos real no sea la operativa con los mercados.
Pues nada, espero que lo comentado en el post os sirva para aclarar un poco de qué forma se pueden clasificar a las inversiones. Lo importante es que aprovechemos este conocimiento para llevarlo a la práctica y para aplicarlo a nuestra propia cartera de inversión. Como siempre, los comentarios son bienvenidos
Fuente: Tambolsa